El proyecto artístico instaura una temporalidad que es propia del insecto conocido como bicho canasto o bicho cesta (Oiketicus kirbyi). Desde el año 2012, Karina cuida y cría bichos canasto. Esta acción de producir en función del ciclo vital de una “especie de compañía” (Haraway, 2017) implica la agencia de al menos dos partes: en este caso la artista humana y el bicho. Los tiempos de producción, entonces, se organizan en función del proceso evolutivo que transcurre durante la metamorfosis desde el huevo, pasando por la larva, luego la pupa hasta llegar a la etapa adulta. En ese momento, el bicho abandona una parte de su cuerpo que ya no cumple función de protección, y pasa a formar parte de la trama creativa de un proyecto artístico. Todas las casas que los bichos canasto abandonan en el invierno son recuperadas poco a poco y desmanteladas amorosamente para la construcción de un manto en proceso que las especies involucradas nutren en un esfuerzo conjunto y mancomunado.

“Laboratorio textil” comprende piezas en video, fotografía e instalación.

Texto Lucia Stubrin 

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